Marcaban ya las 12 y cuarto del mediodía cuando mil corazones Argentinos quedaron paralizados en las lecturas de las sentencias de los genocidas Oscar Guerrieri, Jorge Fariña, Daniel Amelong, Walter Pagano y Eduardo Constanzo por parte del Tribunal Oral Nº1 de Rosario. Tán solo media hora después, los llantos, los aplausos, las canciones, y los festejos abrazaban a la multitud. Había culminado de la mejor forma posible e imaginable una de las luchas colectivas más grandes de los últimos tiempos de la historia Argentina. Cadena perpetua y cárcel común para todos y cada uno de los imputados.Ver más
Fernando Morelli