lunes, 22 de noviembre de 2010

Hacia un mejor bicentenario

Luego de los 7 días de revuelta que duró la “Semana de mayo”; producto de la captura del Rey Fernando VII, de España, en manos de los franceses y la proclamación de José Bonaparte, hermano de Napoleón, como rey provisional; el 25 de mayo de 1810, se destituyó al Virrey Cisneros, y se lo reemplazó por la famosa “Primera Junta de Gobierno”, nuestro primer gobierno patrio.
De esto han pasado ya doscientos años.
Han pasado también 100 años del primer centenario de nuestro país.
Por un lado era una época tanto económica como políticamente muy positiva para el país, con un Estado fuerte, límites marcados, instituciones y servicios públicos eficientes y un gran apogeo de la inmigración que provocaba un gran crecimiento de la población.
Pero por el otro reinaba la casi inexistencia de una democracia, el país estaba bajo el estado de sitio declarado por el entonces presidente Figueroa Alcorta; la economía estaba concentrada sólo en el modelo agroexportador; y había una muy fuerte marginación de los inmigrantes, quienes vivían y trabajaban en pésimas condiciones de salud e higiene.
En estos festejos se quiso dar una imagen de desarrollo tanto social como económico, político y técnico de nuestro país al continente Europeo, el estereotipo de desarrollo y de potencia de la época. Un ejemplo de esto fue la presencia de la reina de España, quien estuvo en el país para la celebración.
Para el pueblo, sin embargo, “fue una fiesta de la libertad, honrando y festejando la libertad”, afirmó la entrevistada.
Llegó este año nuestro bicentenario. Un acontecimiento único, que debería tener gran significado tanto para el pueblo como para el gobierno. Un acontecimiento histórico.

Entrevista: Silvia Fuentes, Profesora de Historia.



Santiago Garcia Limonta

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